Los campesinos iban a rezar a unas pequeñas iglesias, que por su forma se decían que eran de estilo románico. Eran construcciones de piedra, a diferencia de las casas de los campesinos que eran de madera.

Son unos templos no demasiado elevados en altura y con pocos huecos en las paredes, lo que hace que entre en ellas poca luz.

Toda la decoración estaba encaminada a  enseñar las sagradas escrituras a unos campesinos y nobles que no saben leer ni escribir. En los capiteles de las columnas y en las portadas aparecían representadas escenas de la Biblia. También se pintaban en las paredes interiores de la misma, o en tablas, para que recordasen las escenas de lo  que los sacerdotes y monjes les predicaban.
 
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