¿Qué es una donación?

En medicina se llama donación al acto de dar un órgano o parte del cuerpo, por parte de una persona (donante) a otra que lo necesita para seguir viviendo o mejorar su salud (receptor). Se puede donar sangre, óvulos, riñones, corazón, médula ósea, etc.

En algunos casos la donación la puede hacer una persona viva (óvulos, semen, sangre...) pero en otras ocasiones es necesario que el donante haya fallecido para poder extraerle órganos vitales: corazón, pulmones...

El número de donaciones de órganos en España se sitúa en torno al 33,7 donantes por millón, según la Organización Nacional de Transplantes (ONT), lo que sitúa a nuestro país en el primer lugar del mundo por número de donantes.

Donar es un acto de suma generosidad que salva muchas vidas. En el caso de la sangre no nos cuesta mucho, qué es un pequeño pinchazo comparado con salvar la vida de un ser humano, quizás un niño o niña como tú. Cuando es necesario esperar a la muerte del donante, la decisión está en manos de la familia. Es un momento trágico y de dolor, pero cuando la medicina no puede hacer nada por nuestro ser querido, sí puede hacerlo por quienes esperan un transplante o la muerte.

¿Por qué es necesaria la donación de sangre?

La transfusión de sangre o de sus derivados se ha convertido en una parte imprescindible en la actual asistencia sanitaria. El incremento de los accidentes (especialmente de tráfico), la creación de unidades de medicina intensiva, y las necesidades de algunos enfermos que antes eran considerados irrecuperables son algunos de los elementos que han provocado esta demanda creciente de sangre. Un poco de nuestra sangre puede salvar la vida de muchas personas.

¿Por qué es necesario el trasplante de corazón?

El trasplante de corazón es necesario en los pacientes que presentan una enfermedad cardíaca en fase terminal que ha evolucionado hacia una insuficiencia cardíaca que no responde a los medicamentos habituales. Es un procedimiento que se ha hecho desde hace más de 20 años, con éxito creciente, y que en la actualidad se lleva a cabo en muchos hospitales de todo el mundo. No es una solución para todos los problemas de corazón, evidentemente. De hecho, sólo puede llevarse a cabo en un pequeño número de pacientes que tengan menos de 55-60 años, con algunas enfermedades cardíacas muy determinadas que limiten drásticamente su esperanza de vida, a no más de 2 ó 3 años, que tengan todos los otros órganos vitales en excelente estado (particularmente los riñones, el hígado y los pulmones), que sean muy estables emocionalmente y que tengan una familia muy colaboradora. Cuando un trasplante de corazón tiene éxito, la mayoría de los receptores se recuperan hasta llevar una vida relativamente normal. Un 80 % de ellos vive activamente al cabo de un año, y algunos receptores han vivido más de una década después del trasplante, gracias a la generosidad del donante y su familia.