Para la mayor parte de los seres vivos el principal problema de cara a su subsistencia es la alimentación.

Algunos seres vivos obtienen su alimento fabricando las propias sustancias con las que se nutren. Es lo que ocurre con las plantas verdes. Pero otros ciertos vegetales y los animales forman, para alimentarse, una cadena constante en la que deben atrapar y comer a un ser vivo. Para esta titánica y eterna lucha se han desarrollado los medios más perfeccionados de ataque y defensa, así como fascinantes adaptaciones recíprocas para permitir una mutua alimentación y colaboración.

EL PEZ GRANDE SE COME AL CHICO

Una cierta cantidad de vegetales, algas en su inmensa mayoría, viven en el mar. Buena parte de esta masa vegetal está constituida por una gran variedad de algas microscópicas que constituyen el llamado fitoplancton, o plancton vegetal, del cual se alimentan crustáceos, rnoluscos y otros minúsculos animales que constituyen el zooplancton. Tanto el fitoplancton como el zooplancton tienen una fabulosa propiedad de reproducción, con lo que su existencia está asegurada, y esta inmensa masa de seres vivos es utilizada por los peces como alimento. Los peces, a su vez se reproducen en grandes cantidades y forman bancos de corvinas, merluzas, lenguados, etc., los cuales son alimento de grandes cazadores del mar, como los tiburones, las focas, los delfines, etc.

Por lo tanto, la cadena alimenticia en el mar pasa por los siguientes eslabones: fitoplancton, zooplancton, bancos de peces pequeños y de tamaño mediano y grandes cazadores, como los tiburones. Estos depredadores tienen, a su vez, su propio control, pues las crías mayores son tan voraces, que van comiendo a las crías que van naciendo a su alrededor.

TODO VUELVE AL SENO DE LA TIERRA

Los restos de cualquier ser vivo que muere irán a parar a la tierra o a los fondos de lagunas o mares. Allí irán las deposiciones y desechos de la digestión, los desperdicios humanos, etc., y en esos lugares son atacados por insectos, gusanos, hongos y bacterias de la putrefacción. Estos gérmenes, transforman los restos en "humus" o tierra negra y en "limo" en los fondos acuáticos. Estas dos sustancias son, las "tierras" más aptas para reiniciar el ciclo de la vida, con la germinación en su seno de semillas y esporos vegetales.