(Cervus elaphus)

Como todos los grandes herbívoros se le reconoce, a los machos, por sus grandes cuernas y su pelaje rojizo. Las cuernas solamente las luce en verano y otoño cuando llega la época del celo ya que las utiliza para los combates con otros machos.

Tiene un olfato muy fino que le sirve para conocer en todo momento la ubicación de sus potenciales enemigos. Una vista y un oído magnífico también ayudan a vigilar en lugar4es no cubiertos por vegetación densa.

Los cuernos crecen recubiertos de un pelaje que pierden frotándose contra las ramas y troncos de los árboles; a esta acción se le llama escoda. Lo curioso es que los ciervos cocean con las patas delanteras.

Las crías llamadas cervatillos o recentales son muy difíciles de descubrir gracias a su gran mimetismo con la naturaleza y a que cuando hay algún peligro permanecen inmóviles en su cubil.