RECURSOS POÉTICOS - Isabel Escudero     Oir el poema
 

Poemas Cortos

 
 
Te dice la paloma:
toma
toma.
Te dice la corneja:
deja
deja.
Te dice la amapola:
hola,
hola.
Y tú criatura de Dios,
¡siempre diciendo adiós!

 

Despacio
cruza el tiempo la tortuga:
dura, dura, dura...
 
En un hilito
de tela de araña
se columpiaba,
se columpiaba
la cáscara de la chicharra.
 
 
El alma del escolar,
siempre como la mosca
tras el cristal.

 

Las oruguitas de la tarde gris
se escurren por la galería
y llegan hasta el sillón
donde yo sueño dormida
con las oruguitas de la tarde gris
que se escurren por la galería...
 

 

Toma media manzana,
buen hermanito,
y también a medias
el gusanito.
 
 
A nada
sabe el agua:
nada sabe,
sabe a nada.
 
 
Una mosca tras el cristal:
si está dentro quiere salir,
si está fuera quiere entrar.
 
 
Canta la rana,
se mece la rama,
se duermen los peces,
la luna amanece.
 
 
Cálices de oro,
copas de plata
¡bebamos el aire
de entre las ramas!
Vuelan los piopíos,
cae la pluma ceniza
con que te escribo.
 
 
Se hizo en el aire
un hueco la rosa
y luego se deshizo
en otra y en otra...
 
 
El molde de mi niña
era de porcelana:
se rompió una tarde, no hubo mañana.
 
 
Se asomó la niña
a la rosa
¿Y qué vio?:
en la gota de rocío
otra niña la miró.
 
Vuelve el columpio
vacío;
En el cielo
otro angelito.
 
 
En la pizarra del cielo,
lo que escribe la golondrina
lo borra el murciélago.
 
 
Baila, niña, baila:
que se vez el caos
bajo tus faldas.
Volvió
la golondrina:
¿otra...
o la misma?
Los días de lluvia
contaban las gotas
una por una.
 
 
Martes de carnaval:
te he conocido
por el disfraz.
 
 
Migajas de pan :
la mano de la vieja
volando se va.
 
 
La maestra como el agua:
mil veces repitiendo
las cosas claras.
 
 
Alguien va siempre
en busca de algo;
pero corre la liebre
detrás del galgo.
 
 
La culpa de que aún te quiera,
la mitad es del relojito
y la mitad de la cadena.
 
 
En medio de la noche
soy como el grillo:
lo poquito que sé
te lo repito.
 
 
¿Quién abrió la granada,
ese rayito de sol
o los rubíes que guardaba?
 
 
Frente a la lonja
del puerto de Palma
sacaban los peces
sus cabecitas del agua
para saber su precio
en la subasta.
 
 
Si yo me muero
no te eches toíta la culpa
que eso no es cierto,
que también ha influido
que hizo mal tiempo.
 
 
Llueve en la calle,
la niña mira
tras los cristales,
tras las gafas vacías
los ojos grandes.
 
En el globo de vidrio
el pez en agua
se deshace.
Por ese granito de arroz
que se le escapó a la garza,
ahí está de noche y de día
en el arrozal plantada.
 
 

Isabel Escudero