Ejercicios

ALQUIMISTAS DE LA PALABRA. CREACIÓN LITERARIA.NARRACIÓN 10. CUENTOS QUE SE ABREN Y SE CIERRAN

 

Actividades:

1ª.- Observa cómo se puede ampliar una idea dando más detalles.

El niño cerró la puerta y se puso a correr. Silenciosa y cuidadosamente cerró la puerta por fuera. Y sólo entonces comenzó a correr.
   
El niño no notaba el frío ni la lluvia. La lluvia le resbalaba por la cara y se le metía por el cuello. El frío y la humedad le calaban el abrigo, pero él no lo notaba.
  • EJERCICIO 1: Narra, dando detalles concretos, cada uno de estos hechos.


Sara estaba junto a la ventana

 

 

 


La puerta se abrió

 

 

 



Se oyó un ruido

 

 

 



El gato entró corriendo

 

 

 

 


Trabaja en un documento mientras tienes abierta esta página y envía tu trabajo a

alquimistasdelapalabra@gmail.com

 

Lee este texto de Azorín

Le sucede algo al catalejo con que estábamos observando la ciudad y la campiña.
No se divisa nada; indudablemente se ha empañado el cristal. Limpiémosle. Ya
está claro; tornemos a mirar. Los bosques que rodeaban la ciudad han desaparecido.
Allá, por aquellas lomas redondas que se recortan en el cielo azul, en los
confines del horizonte, ha aparecido una manchita negra; se remueve, avanza, levanta
una nubecilla de polvo. Un coche enorme, pesado, ruidoso, es; todos los
días, a esta hora, surge en aquellas colinas, desciende por las suaves laderas,
cruza la vega y entra en la ciudad. Donde había un tupido boscaje, aquí en la llana
vega, hay ahora trigales de regadío, huertos, herreñales, cuadros y emparrados de
hortalizas; en las caceras, azarbes y landronas que cruzan la llanada, brilla el agua
que se reparte por toda la vega desde las represas del río. El río sigue su curso manso
como antaño. Ha desaparecido el obraje de paños que había en sus orillas; quedan
las aceñas que van moliendo las maquilas como en los días pasados. En la cuesta

que asciende hasta la ciudad, no restan más que una o dos tenerías; la mayor parte
del año están cerradas. No encontramos ni rastro de aquella casilla medio derrumbada
en que vivía una vieja que todas las mañanas salía a por vino con un jarrico y que iba
de casa en casa llevando chucherías para vender.

 

Icono de iDevice Reflexión
RESUME EL TEXTO DE AZORÍN