El hombre ha usado su imaginación para crear desde valiosas obras de arte hasta sofisticados instrumentos y objetos para ayudarse en sus tareas cotidianas, pero también ha conseguido crear mundos fantásticos gracias a  la literatura  y con ello ha logrado contagiar a otras personas de un insaciable sentido de la aventura y de una curiosidad ilimitada. Julio Verne les hizo pensar y plantearse el viaje y la existencia de lugares remotos, islas paradisíacas, etc.

A través de  la lectura de esos libros, los lectores han tenido el privilegio de emprender viajes hacia tierras ignotas, hacia lugares maravillosos que les han servido de estímulo para viajar y  para seguir soñando. Mucho le debemos en el terreno  de los viajes, en el amor a la lectura, incluso en ciertos avances actuales y en nuestra forma de ver el mundo, a nuestro personaje, precursor de la ciencia-ficción y padre de la novela de aventuras moderna. En marzo, se ha cumplido el primer centenario de su desaparición.